6.08.2019

Verdad, Fortaleza, Acción XXXXXII

“Los hombres de este mundo desean tener éxito en las actividades fruitivas, y para ello adoran a los semidioses. Prontamente, por supuesto, los hombres obtienen resultados del trabajo fruitivo en este mundo.” Bg 4.12

Habiendo ya experimentado “el éxito” en vidas pasadas, y de alguna manera en la vida actual en el trascurso de nuestra formación y desarrollo profesional, sentimos que ello no es suficiente porque no nos conduce al estado de paz, al sentimiento de plenitud. Hemos continuado sintiendo ese anhelo en nuestra mente y conciencia, de que algo muy grande, más grande que todo lo que hemos realizado o logrado, debemos realizar o lograr. Es ese alto anhelo el que nos ha impulsado a la búsqueda de eso, a través de la práctica de Yoga.

En el Budismo, se habla del máximo estado de conciencia alcanzado por Buddha, el nirvana, no visualizado como lugar físico, sino como un estado de conciencia en el que se extinguen los pensamientos, las palabras, y las acciones de baja frecuencia vibratoria o “imperfecciones”.

“Nirvana no es la muerta paz oscura de la sepultura, sino una paz que se vive, la felicidad del alma consciente de si misma y consciente de haber hallado su morada en el corazón de lo eterno.” ~Mahatma Gandhi


"Si el alma viviente está en el corazón de lo Eterno, en el corazón del alma viviente también está lo Eterno."

“Yo me encuentro en el corazón de todos, y de Mí proceden el recuerdo, el conocimiento y el olvido…” Bg 15.15

El estado de Yoga o estado de paz, no se consigue de manera grupal, porque cada uno debe encontrarlo por si mismo. “La paz del individuo es la paz del mundo” según el esfuerzo de cada quien.

“En la medida en que todos ellos se entregan a Mí, Yo los recompenso. Todo el mundo sigue Mi sendero en todos los aspectos.” Bg 4.11

A través de la historia de nuestra humanidad, tenemos muchos ejemplos de almas magnánimas que nos han mostrado su estado de paz, a pesar de haberse sometido al fuego del sufrimiento, lograron solos ese estado de Yoga. Ej.: Jesús (amor incondicional y perdón), Buddha (desapego y compasión), Mahoma (renunciación). El denominador común de estas grandes almas fue su Fe en si mismos, en su Dios, y al creer que Dios o lo Eterno estaba de su lado; nunca se sintieron solos ni amargados.

“En este mundo no hay nada tan sublime y puro como el conocimiento trascendental. Dicho conocimiento es el fruto maduro de todo misticismo, y aquel que se ha vuelto experto en la práctica del servicio devocional, disfruta de ese conocimiento internamente, a su debido tiempo.” Bg 4.38

“Un hombre fiel que se consagra al conocimiento trascendental y que subyuga los sentidos, es merecedor de obtener ese conocimiento, y al adquirirlo, encuentra rápidamente la suprema paz espiritual.” Bg 4.39

“Pero las personas ignorantes e infieles que dudan de las Escrituras reveladas, no adquieren conciencia de Dios sino que caen. Para el alma que duda no hay felicidad ni en este mundo ni en el otro.” Bg 4.40