2.10.2018

Verdad, Fortaleza, Acción III

La mente abatida por el miedo, la angustia y la incertidumbre no está receptiva al influjo de la fuerza que emana del Ser, solo haciéndonos conscientes de la verdad que subyace detrás de todo lo que nos ocurre, la mente puede ser calmada, y luego de la tranquilidad mental es que podemos vislumbrar la gracia o misericordia de la Luz mayor, para superar cualquier obstáculo que esté impidiendo nuestro avance por el sendero que hemos elegido para alcanzar nuestra finalidad presente y la futura (realidad ultima).

Cuando decidimos caminar nuestro sendero amparados en la verdad, nuestro cuerpo y los sentidos se vuelven más sensitivos, lo que hace que de manera más aguda podamos sentir la presión derivada de las circunstancias, cualesquiera que sean, pero si nuestra mente y pensamiento son sostenidos en verdades eternas tendremos la tranquilidad para afrontar sin temor cualquier situación considerada adversa de la vida cotidiana, con sus incesantes angustias.


Debemos tener presente que las angustias que nos tocan experimentar a cada uno de nosotros son sin lugar a dudas resultado de acciones pasadas, no necesariamente de ésta vida, por lo que no podemos alternar estos resultados, así que no sirve de nada la aflicción, el pesar, la desesperanza, todos estos sentimientos son contagiosos; ahora lo que procede es el entonamiento con las verdades inmutables, con la Luz Mayor a través de nuestro Ser, Alma, y entrar en acción sobre lo que debemos y tenemos que hacer ahora que “sí puede” alterar nuestro vivir inmediato y futuro.

“Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir.” Bhagavad Gita 2.12

“ …no cedas a esta impotencia degradante. No es digna de ti. Abandona esa mezquina flaqueza del corazón y levántate, ¡oh, castigador del enemigo” Bhagavad Gita 2.3

Procede de ahora en adelante el dominio de la acción, y si el pensamiento se sustenta en la verdad, no existirá la inseguridad extrema, el pesar ni la pereza, sino actividad constante en labores de auto gestión, auto ayuda extensivas a otros y al entorno, aflorando la empatía y solidaridad sin discriminación.

“Seamos sinceros en la acción; nunca pretendamos aparecer diferentes de cómo realmente somos; porque toda simulación es un obstáculo para la Luz de la verdad que debería resplandecer a través de ti como la luz solar refulge a través de un limpio cristal” ~J. Krishnamurti

Es a través de la verdad única, subyacente en todo y en todos que podemos reconciliar los diversos senderos del Dharma.