Es la única conexión del hombre con su pasado, su presente y su futuro, en lo próximo y en lo remoto. Logrando esta unión por medio de los pensamientos, acciones, reacciones y por medio de una buena o mala conducta se derivan de ella, el bien y el mal. Ningún hombre puede desligarse de ellos (los pensamientos) dejando de pesar o de obrar debido a su unión con el destino.
El Karma-Yogui va por el camino del bien y de la compasión. No está esclavizado por el amor ni el afán de riquezas ni tampoco por la fama o la autoridad. Su conciencia y sentimientos se desligan de todo compromiso que le concede a la vida o materia. En esa desunión permanece sereno, alegre, confiado y útil. Acepta el rigor del destino, su dificultad y busca una luz en la impenetrabilidad de la existencia.