6.18.2011

La semilla en el alma...

Cuando decimos porque así lo hemos comprendido que la materia ni se crea ni se destruye, que es energía densa, que nuestro ser, que es energía es uno con la totalidad, llamese DIOS o como se quiera llamarle implica que también nuestro ser (lo que realmente somos), no tiene limitaciones, que no es una entidad aislada creada en un tiempo sin que le sea posible reconstruirse, sino que es una vida que fluye constantemente de la eternidad.
Venimos de la vida entre las vidas y como estamos en constante flujo y reflujo, de igual manera las células pueden reconstruirse continuamente en cada momento. Hasta hace poco se creía que las neuronas (células del cerebro) no se regeneraban, pero hoy ya la ciencia confirma que sí se regeneran, así que como es inagotable el poder de lo divino, el poder del ser también lo es por tanto nuestro campo de acción es limitado aunque todavía no nos demos cuenta. Si este pensamiento es constante en nosotros día a día, nuestra mentalidad se renovará por completo.

La mente subconsciente se apodera entonces del nuevo habito mental, el cual penetrará todos nuestros órganos y tejidos produciendo cambios en todo nuestro organismo. Cuando la sensación de limitación desaparece, la semilla del poder dentro del alma humana está ya madura para manifestarse en el mundo exterior; cuando nos hacemos conscientes de esta semilla sembrada (por la mente consciente en la subconsciente), esa semilla de libertad y vida renovada produce frutos.

El hombre, el ser, es una emanación continua de vida y poder y por lo tanto debe tener éxito en todo lo que emprenda y será siempre hasta donde alcance en sus expectativas.

Meditar en estas leyes del mentalismo
  • "Podemos ser lo que debemos ser"
  • "Nos convertimos en lo que deseamos ser, afirmando que ya somos aquello que anhelamos."