Conociendo ya la lujuria en sus manifestaciones y lugares donde radica en nosotros (los sentidos, la mente y la inteligencia), y que cuando somos atraídos por cualquier objeto, incluyendo personas, se activa el ciclo o circulo, y depende entonces de nuestra inteligencia espiritual detener el circulo vicioso del deseo lujurioso que nos mantiene atados a los mundos materiales, vagando entre la dualidad de la vida (placer-dolor, alegría-sufrimiento, muerte-vida).
“Al contemplar los objetos de los sentidos, en la persona se desarrolla el apego a ellos, de ese apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira.” BG 2.62
“De la ira surge la ilusión completa, y de la ilusión, la confusión de la memoria. Cuando la memoria se confunde, se pierde la inteligencia, y al perder la inteligencia, uno cae de nuevo al charco material.” BG 2.63
Conociendo y comprendiendo nuestros pensamientos y acciones de lujuria, debemos entonces buscar la superación de esta, porque como ya vimos, los sentidos, que son lugares en los cuales radica la lujuria, “son tan fuertes e impetuosos, que incluso arrastran a la fuerza la mente del hombre de buen juicio que se esfuerza por controlarlos.” BG 2.60
Entonces, ¿cómo podemos vencer la lujuria?
Reconociendo la vida como un combate que va sucediendo a nivel físico, mental y emocional, encontramos la guía en el siguiente texto:
“En consecuencia, sabiendo que uno es trascendental a los sentidos, la mente y la inteligencia materiales, … se debe estabilizar la mente mediante una inteligencia espiritual deliberada …, y así, mediante la fuerza espiritual, conquistar a ese insaciable enemigo conocido como la lujuria.” BG 3.43
Todos estamos tratando de evitar el dolor y sufrimiento.
“…cuatro clases de hombres piadosos comienzan a prestarme servicio devocional: el afligido, el que desea riquezas, el indagador y aquel que busca conocimiento acerca del Absoluto.” BG 7.16
“Cuatro clases de hombres”
El que no sabe, y no sabe que no sabe (es un tonto, y debe ser evitado)
El que no sabe, y sabe que no sabe (es un ingenuo, y debe ser instruido)
El que sabe, y no sabe que sabe (está dormido, y debe ser despertado)
El que sabe, y sabe que sabe (es un sabio, y debe seguírsele) ~Sri Chinmoy
Pradhupada en su análisis nos explica que; “todas estas personalidades buscan realizar algún servicio devocional aspirando obtener algo, se busca una satisfacción, un beneficio a cambio del servicio, por lo tanto en estos casos, el servicio devocional no es puro, algo muy difícil de obtener en la vida condicional que tenemos”.
“Después de muchos nacimientos y muertes, aquel que verdaderamente tiene conocimiento se entrega a Mí, sabiendo que Yo soy la causa de todas las causas y de todo lo que existe. Un alma así de grande es muy difícil de encontrar.” BG 7.19
“Los pensamientos de Mis devotos puros moran en Mí, sus vidas están plenamente consagradas a Mi servicio, y ellos sienten gran satisfacción y dicha en iluminarse siempre entre sí y en conversar siempre acerca de Mí.” BG 10.9