5.01.2010

quimioterapia...

La quimioterapia, el único psicotropismo, que se conoce consigue sus efectos a través de barbitúricos, anfetaminas, alucinógenos, con los cuales se trata de romper las barreras de la percepción. Estos efectos tanto de los barbitúricos como de las anfetaminas se pueden alcanzar con simples tácticas sicosomáticas de Yoga.

Lo importante es que esos resultantes (calmantes o estimulantes) que cada uno logre en sí mismo, los logre con la siempre deseada independencia. Sería fantástico que cada uno pueda inducirse a un estado de serenidad cuando está excitado o cuando está deprimido a un estado de vitalización. 

El ideal de todo médico debe ser encontrar para el paciente un tratamiento exento de toxicidad, de efectos colaterales a veces imprevisibles, que no sea uno simple y momentáneo enmarcado de los síntomas.

El tratamiento que alivia los síntomas en un momento pero acarrea un estado depresivo, confuso y caótico a continuación es un seudo- tratamiento.

Dando al enfermo un recurso que lo posibilite a tranquilizarse sin necesidad de recurrir a agentes externos (drogas y otros condicionantes) damos también la indispensable autoconfianza, el paciente deja de tener miedo frente a su propia impotencia de controlar los efectos somáticos de sus emociones. Sin la autoconfianza, o sea sin independencia, el tratamiento es casi imposible.

Nota: enfermo se refiere al que está en una de las tres clases: tamas, raja, o satva

Cada uno de nosotros tiene alguna imperfección sagrada, algo que debemos soportar sin rendirnos, algo que superar; tal vez sea un trastorno físico o una carga familiar con la que tenemos que aprender a vivir, algo que nosotros no podemos cambiar pero que debe cambiarnos a nosotros.
"Debemos conectarnos con nuestro ser esencial, o lo divino en nosotros, a través de esa sagrada imperfección."