Hago un llamado a la sabiduría divina.
Es por la sabiduría divina que la vida se origina; es esta sabiduría o inteligencia eterna por la que la armonía es conocida. Si seguimos solamente los principios materiales y mecánicos, generaremos desgaste físico y emocional, aumento en la inseguridad, frustración, temor, enfermedad y/o huida.
La vida no es vivida como tal si no se observa la naturaleza, ella nos proporciona testimonio de la vida en su esplendor, capacidad de regeneración sin la intervención humana.
"Yo soy la muerte que todo lo devora, y soy el principio generador de todo lo que está por existir. Entre las mujeres, Yo soy la fama, la fortuna, la manera fina de hablar, la memoria, la inteligencia, la constancia y la paciencia." Bhagavad Gita 10.34
El desarrollo por la verdadera vida espiritual es la única fuente que nos proporciona una protección contra los pesares del vivir y sobre todo de los embates de aquellos elementos de los que no tenemos control directo.
Conocemos poco del viento o aire, del agua, del fuego, del éter o espacio y de la tierra; mucho menos aunque decimos que creemos y amamos, a la inteligencia por la que estos elementos y nosotros somos.
"De muchos miles de hombres, puede que uno se esfuerze por la perfección, y de aquellos que han logrado la perfección, difícilmente uno Me conoce en verdad." Bhagavad Gita 7.3
¿Sabe ésto el viento?
¿Lo saben las aguas de los ríos?
¿Lo saben los árboles?
El viento se apacigua, las aguas una vez desbordadas vuelven a su cauce, los árboles derribados y desolados se regeneran y reverdecen sin el concurso o participación humana. Estos elementos son movidos por la misma fuerza o energía motriz que también nos mueve a nosotros, más no ha dependido ni dependen de la ciencia; sin embargo, nosotros en nuestra evolución y modernidad hemos sido llevados por esa misma ciencia a obviar nuestra fuerza espiritual, y en cambio nos ha inculcado unos ideales de "seguridad material" y bienestar, destruyendo con ello el verdadero conocimiento y confianza de la superalma que habita en el corazón de todos.
De lo anterior podemos concluir que a mayor apego a la modernidad, nuestra vida va a depender y girar entre las necesidades materiales, la insatisfacción, la tristeza y evocación de manera constante estarán en nuestra mente.