12.11.2010

recordemos...

¿Para qué anhelamos la sabiduría Divina, para que invocar la luz Divina?

Para disminuir nuestras faltas; no para cubrirlas.

Para disminuir nuestros dolores y no para recibir otros a título de venganza.

Para curar nuestras heridas del alma y no para pasar incólume en la vida.

Para vivir en gozo con todos los bienes del mundo y no para resignarnos o renunciar a ellos.

Para poder amar la virtud y no par vivir solicitando perdón.

Para tener fé y no fomentar la cobardía frente a los inconvenientes del vivir.

Para crear la fortaleza y no tener que solicitar facilidades para la conquista de placeres y venturas.

Para no pedir constantemente el buen éxito en los pasos de la existencia.

La Paz de conciencia es un programa difícil porque su llegada es penosa y el camino lleno de espinas, pero es la Paz de conciencia la expresión más aproximada a la felicidad terrena.

Amor a la Verdad y a la Justicia es igual a Pureza Espiritual, esto trae Fortuna en la Tierra.