¿Para qué anhelamos la Luz Divina?:
- para corregir nuestras faltas, no para cubrirlas,
- para disminuir nuestros dolores y no para recibir otros a título de venganza,
- para curar nuestras heridas del alma y no para pasar incólumes en la vida,
- para vivir en gozo con todos los bienes del mundo y no para resignarse a renunciar a ellos,
- para poder amar la virtud y no vivir solicitando perdones,
- para tener Fé y no fomentar la cobardía frente a los inconvenientes del vivir,
- para crear la fortaleza y no tener que solicitar facilidades para conquistar los placeres y aventuras,
- para no pedir constantemente el buen éxito en los pasos de la existencia.