Pero también reconocemos que en la vida material todos estamos condicionados:
“Hay dos clases de seres: los falibles y los infalibles. En el mundo material toda entidad viviente es falible, y en el mundo espiritual toda entidad viviente se llama infalible.” BG 15.16
Si comprendemos los tres aspectos de la vida material “Gunas”, y que todos estamos sujetos a estas tres condiciones en distintos grados, entonces nos vamos liberando del concepto de perfección, tanto en nosotros como en los demás, dejando atrás la justificación, la tendencia a buscar aceptación o validación de nuestras acciones, y dejamos de invalidar, menospreciar o demonizar las acciones de los demás.
Muchas veces afirmamos que; “nada es 100% perfecto, lo único perfecto és Dios”, sin embargo no aceptamos nuestras “imperfecciones” o “defectos” como parte de esa totalidad en la que lo imperfecto no existe; dentro de la vida condicionada no hay acción con resultado 100% perfecto, el defecto por ley de dualidad siempre estará presente (por las Gunas).
“La modalidad de la bondad, siendo más pura que las otras, es iluminadora, y lo libera a uno de todas las reacciones pecaminosas. Aquellos que se encuentran influidos por esa modalidad, quedan condicionados por una sensación de felicidad y conocimiento.” BG 14.6
El practicante de Yoga u otras disciplinas que conducen al despertar espiritual, aspira a alcanzar ese estado de bondad pura (no condicionada a…), poseer el conocimiento de las leyes de la naturaleza, sentir paz y felicidad.
Las escrituras nos indican y la vida misma nos muestra que mientras estemos apasionados a través de nuestro cuerpo, los sentidos y la mente a los objetos, ese estado de paz no se alcanza, mientras no hayamos superado el gusto o disgusto por los objetos de los sentidos.
“Para aquel que no es renunciado, las tres clases de frutos de la acción —lo deseable, lo indeseable y lo mixto— se devengan después de la muerte. Pero aquellos que están en la orden de vida de renuncia, no tienen esa clase de resultados que padecer o disfrutar.” BG 18.12
“¿cuáles son los signos por los que se conoce a aquel que es trascendental a esas tres modalidades? ¿Cómo se comporta? Y, ¿de qué manera trasciende él las modalidades de la naturaleza?” BG 14.21
“La Suprema Personalidad de Dios dijo: Aquel que no odia la iluminación, el apego ni la ilusión cuando están presentes, ni los añora cuando desaparecen; que se mantiene firme e imperturbable a través de todas esas reacciones de las cualidades materiales, y que permanece neutral y trascendental, sabiendo que sólo las modalidades están activas; que está situado en el ser y que considera que la felicidad y la aflicción son iguales; que mira con la misma visión un poco de tierra, una piedra y un pedazo de oro; que tiene la misma disposición hacia lo deseable y lo indeseable; que es constante, encontrándose igual de bien en la alabanza y en la censura, en el honor y en el deshonor; que trata igual al amigo y al enemigo; y que ha renunciado a todas las actividades materiales: una persona que es así, se dice que ha trascendido las modalidades de la naturaleza.” BG 14.22-25