5.19.2018

Verdad, Fortaleza, Acción XII

Cada uno de nosotros tiene su propia verdad, su propia ley, su propio marco de referencia, según las experiencias vividas a través de las vidas; no disponemos de otra referencia; nuestras convicciones, filosofías de vidas, principios religiosos y morales.

“Yo me encuentro en el corazón de todos, y de Mí proceden el recuerdo, el conocimiento y el olvido...” Bhagavad Gita 15.15

(Entonces nuestros pensamientos, palabras y acciones, muestran nuestra tasa vibratoria en relación a la procedencia del recuerdo, conocimiento y el olvido)

Una vez hemos reconocido nuestras verdades ocultas, entonces debemos buscar la rama de Yoga o la vía material espiritual en la que vamos a realizar nuestro dharma y sadhana.

Dharma = código de deberes, cualidad esencial
Sadhana = práctica o esfuerzo espiritual

Una vez conocemos nuestra cualidad esencial, comenzamos a trabajar a través de nuestro ego, porque para iniciar algo necesitamos esa fuerza que nos impulsa…

"Eres como el profundo deseo que te impulsa, según tus deseos es tu voluntad, según tu voluntad son tus actos, y según tus actos así será tu destino". ~Brihadaranyaka Upanishad 4.5

Pero ese profundo deseo que nos impulsa debe ser controlado, basado en la verdad, porque existe el falso ego, que aunque es una de las energías del Supremo, como Todo, es el falso ego el que nos engaña quedándonos en pretensiones (Como dice el adagio: “Mucho ruido y pocas nueces”), convirtiéndonos en victimas de nuestro falso ego, que en este caso quizás no sea en apariencia la vibración que queramos conscientemente manifestar, sin embargo inconscientemente es la que estamos manifestando, y aunque está expuesta, nosotros no la podemos identificar.

Necesitamos de nuestro ego, porque es la fuerza que nos mueve a realizar aquello que está en nuestra mente, con nuestro ego en control, este nos aporta el poder, la fuerza para la acción, esa fuerza o temple será saludable cuando la utilizamos para el bien de los demás, no solamente de los cercanos, sino de todos, no solamente del país donde me encuentro y lo siento como “mi país”, sino del planeta y si mi conciencia puede extrapolar, extiendo hacia todos los universos…


Estamos aquí, en ésta práctica de Yoga, porque cada uno de nosotros en algún momento, nuestra conciencia quiso o quiere aferrarse a las verdades eternas, avivar ese recuerdo; una vez ese deseo impregna nuestros sentidos y la mente a través de objetos y sujetos con los que entramos en contacto directa o indirectamente, entonces descubrimos sin lugar a dudas, que no hay un salvador, ni tampoco hay nada de que aferrarse, dándonos cuenta de que para llegar a todas partes, contamos con nosotros mismos. “Conócete a ti mismo” Templo de Apolo, Delfos Grecia.

En este camino, contamos con la ayuda de entidades que nos han precedido en su paso por el planeta, nos han servido para también ellos evolucionar, dejándonos un conocimiento espiritual, producto de su entonamiento con la conciencia espiritual.

“En la medida en que todos ellos se entregan a Mí, Yo los recompenso. Todo el mundo sigue Mi sendero en todos los aspectos…” Bhagavad Gita 4.11