“Pájaros de igual plumaje, vuelan juntos” o “Dime con quien andas y te diré quién eres”
Si tenemos grandes aptitudes, bondad autoconfianza, honestidad, etc., y nos asociamos con gente mala, cínica, irónica, sin aspiraciones de ninguna clase, no hay dudas que absorbemos alguna de sus malas cualidades mentales y a donde vayamos la llevamos con nosotros.
Siempre se a tenido como gran verdad que es obligación del hombre dar oídos y simpatizar con toda persona desafortunada o sufriente, pero no olvidemos que cuando simpatizamos con alguien le damos una parte de nuestra fuerza verdadera.
El que da sin discernimiento de lo suyo y no recibe a cambio algo que restaure sus facultades mentales, acabará por quedar (él mismo) pobre y miserable, su espíritu se irá debilitando y al debilitarse también se debilitará su cuerpo.
Sí se puede tener lástima de todo el mundo; pero cuando nuestra simpatía se exterioriza con extrema facilidad, a la vista de cualquier dolor o desgracia, entonces nos ponemos en verdadero peligro de muerte.