3.30.2019

Verdad, Fortaleza, Acción XXXXIV

“Este conocimiento es el rey de la educación y el más secreto de todos los secretos. Es el conocimiento más puro de todos, y como brinda una percepción directa del ser mediante la iluminación, es la perfección de la religión. Además, es eterno, y se practica con alegría.” Bg 9.2

Como este conocimiento de Yoga o la relación del Ser con lo Supremo o Totalidad desde la naturaleza material en la que transcurre nuestro vivir, y aplicando este conocimiento a nuestro colectivo en estos días; encontramos el siguiente texto claridad frente al dogma.

“Todas las entidades vivientes nacen en el seno de la ilusión, confundidas por las dualidades que surgen del deseo y el odio.” Bg 7.27

Todos nosotros hemos tomado y continuaremos tomando nacimiento en el mundo material, por la ilusión, el deseo pasional, nuestro odio, o ira. Para ello acordamos o pactamos con nuestros padres, también bajo el influjo de las mismas circunstancias, ilusión, deseo pasional, y el odio o ira.


Ilusión: La creencia de haber encontrado el “alma gemela”, “la otra mitad”, “media naranja”, etc. Luego de la ilusión cuando se acaba el engaño, viene el desengaño, "la otra cara de la moneda", el “amor” de la ilusión se transforma en costumbre, temor a la soledad, comodidad, conveniencia etc. Convirtiéndose el “amor” en cumplimiento, rutina etc. Pudiendo también el que se consideró “un gran amor”, transformarse en odio, pelea, etc., en fin, en arrepentimiento, consciente o inconsciente.

Aplicando este texto a la actualidad, vemos como si partimos del dogmatismo religioso, es imposible que podamos comprender la verdad que nos trae el texto, en total ignorancia de nuestro condicionamiento vital a la ilusión, la pasión y la ignorancia.

Es imposible que podamos asumir postura o raciocinio desde las verdades eternas, si el dogma opaca nuestra capacidad de razonamiento.

En tiempos modernos o en la época actual, sobre todo nuestra cultura occidental, es raro que desde nuestra niñez nos eduquen con estos principios o enseñanzas, y sin este conocimiento y comprensión no podemos aplicarlos tempranamente en nuestra vida, lo que nos impide tener el control de nuestro cuerpo y su desarrollo, control de nuestros sentidos y la mente para el dominio de nuestras emociones y sentimientos.

Nuestro cuerpo físico, mental y emocional en sus distintas etapas tienen una función en el transcurso de nuestra vida individual; sin embargo queremos influir y determinar en los cuerpos de otros, partiendo de lo que creemos que debe ser (hijos, nietos, hermanos, etc.) queremos que conduzcan sus vidas como nosotros entendemos es mejor. Independientemente de lo que cada uno de ellos pueda estar sintiendo o deseando experimentar, de ahí viene entonces la frustración, la ira y el “crujir de dientes” por la ausencia de sabiduría y la educación, sin empatía y respeto a la vida o trayectoria ajena, aunque sean nuestros familiares.

“Cuando tu inteligencia haya salido del espeso bosque de la ilusión, te volverás indiferente a todo lo que se ha oído y a todo lo que habrá de oírse.” Bg 2.52