Decía un profeta de la antigüedad “Yo soy la voz que clama en el desierto”; en ese entonces hablo a una generación sin interés en el conocimiento ni en el comprensión espiritual o trascendencia. En este tiempo podemos expresar el mismo sentimiento, sin embargo, reconocemos que hasta un mínimo de clamor, deja un eco de la sabiduría eterna, para que todo se mueva.
Siempre habrá personas con poca o ninguna receptividad al conocimiento trascendental; al no tener voluntad ni deseo, ni la inquietud por la vida espiritual, tienen adormecida su capacidad de comprensión, esto no significa que no tienen capacidad cognoscitiva y comprensiva; es que su voluntad y deseos están sumergidos en otros aspectos de la vida; la misma vida siguiendo nuestra resonancia, nos facilitará lo necesario para la satisfacción de nuestros deseos; si son deseos materiales, nos proveerá del olvido momentáneo del conocimiento y búsqueda espiritual. De igual manera, si nuestros profundos deseos son hacia el despertar espiritual, tendremos más cualidades hacia la modalidad de la bondad, la vida misma nos va llevando hacia ese camino también según nuestra resonancia, donde poco a poco vamos escalando el arduo y difícil camino espiritual, pero cuya garantía certera es la paz; a través de nuestro esfuerzo y la gracia del divino recuerdo.
“Yo me encuentro en el corazón de todos, y de Mí proceden el recuerdo, el conocimiento y el olvido. Es a Mí a quien hay que conocer a través de todos los Vedas. En verdad, Yo soy el compilador de El Vedanta y el conocedor de los Vedas.” BG 15.15
En esta practica, no pretendemos cambiar a nadie, nos proponemos exponer y compartir la riqueza de estas enseñanzas, las cuales observamos y comprobamos que tienen la misma vigencia en el presente, como en el pasado, y de seguro para aquel que las estudia, comprende y aplica, es seguro que será victorioso durante su vida; se sentirá la paz que todos buscamos por otros medios sin obtener el resultado deseado.
Por medio de nuestra búsqueda espiritual, nos vamos sintiendo vinculados al supremo o fuente en todo momento y circunstancia, de igual manera ese sentimiento que se va despertando en nosotros, va ampliando nuestro marco de referencia, llegando entonces a acercarnos a la parte más difícil que es la comprensión de que todo y todos estamos vinculados entre nosotros como una unidad, formado de muchas diferentes “piezas” o partes, y que en la medida en que nuestra comprensión de este aspecto sea mayor, así será nuestra sensación de paz, y si sentimos paz, podemos sentir felicidad.
Cualquier sistema de yoga que nos propongamos practicar, debe conducirnos a mejorar nuestra calidad de vida.
"Y de todos los yogis, aquel que tiene una gran fe y que siempre se refugia en Mí, piensa en Mí y Me presta un amoroso servicio trascendental, es el que está más íntimamente unido a Mí por medio del yoga, y es el más elevado de todos. Ésa es Mi opinión." BG 6.47
"Aquel que no está relacionado con el Supremo [mediante el estado de conciencia de Krsna], no puede tener ni inteligencia trascendental ni una mente estable, sin lo cual no hay posibilidad de encontrar la paz. Y ¿cómo puede haber felicidad alguna sin paz?" BG 2.66