Verdad: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” ~Jesús el Cristo
Fortaleza: No puede ganarse fortaleza teniendo como principios la falsedad, tarde o temprano la verdad aflora, estemos o no conscientes de ella.
“Todo lo que se construye sobre una base falsa, es falso” ~Saddan Hussein
Sin fortaleza, las acciones que se realizan son rajásicas y tamásicas (modalidad de la pasión y la ignorancia); son acciones realizadas bajo la pasión desmedida, el miedo, la angustia, desesperación, terror etc., con sus consecuentes efectos.
Para que estos tres principios sean el norte de nuestras respuestas a las incidencias de la vida material en la que estamos inmersos vamos a tener una introspección sobre los principios Yóguicos: Yama y Niyama.
Ante la adversidad, es natural que en muchos momentos nos invada la angustia, la indecisión, la incertidumbre etc.
Un ejemplo de temor y duda ante lo adverso lo encontramos en el siguiente texto y que pudiera habernos pasado o nos pasará por la mente en algún momento cercano:
“Ahora me siento incapaz de permanecer aquí por más tiempo. La razón se me está ofuscando y la mente me da vueltas. Sólo veo cosas que serán causa de infortunio…” Bhavavad Gita 1.30
“La Suprema Personalidad de Dios dijo: Mi querido Arjuna, ¿cómo te han aparecido estas impurezas? No son propias en absoluto de un hombre que conoce el valor de la vida, y no conducen a los planetas superiores, sino a la infamia.” Bhagavad Gita 2.2
“…no cedas a esta impotencia degradante. No es digna de ti. Abandona esa mezquina flaqueza del corazón y levántate, ¡oh, castigador del enemigo! Bhagavad Gita 2.3
En estos tiempos podemos estar confundidos en cuanto a las decisiones que debemos ante los efectos de las causas individuales y colectivas pasadas, presentes y futuras que tendremos que pasar afrontar y sobrepasar.
Tal como Arjuna al reconocer su estado de confusión y desesperación pidió la dirección de la Suprema Personalidad de Dios, nosotros debemos también buscar esa dirección que neutralice nuestras angustias, dudas, incertidumbres, etc.
“Ahora estoy confundido en cuanto a mi deber, y he perdido toda compostura a causa de una mezquina flaqueza. En esta condición, Te pido que me digas claramente qué es lo mejor para mí. Ahora soy Tu discípulo y un alma entregada a Ti. Por favor, instrúyeme.” Bhagavad Gita 2.7
En el siguiente verso, la Suprema Personalidad de Dios dice claramente la convicción que se debe reconocer en nosotros como chispas de su esplendor; nos alienta a despertar ese recuerdo, que neutraliza todo apego, angustia, miedo, terror:
“Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir.” Bhagavad Gita 2.12