Todos buscamos siempre la manera de sentirnos felices, vivir cómodos, comer bien, ser amados, reconocidos, etc., etc., pero para ello, algún trabajo hay que realizar, ya que aunque la naturaleza material es opulenta, nada es gratis, en la búsqueda de esa felicidad material, ella nos ofrece tres modalidades, cada uno de nosotros tiene que adoptarlas (las tres) en el transcurso de la vida, hasta que a través de muchas vueltas en la vida, decidimos observarlas, comprenderlas, aceptarlas y …
“La felicidad que procede del contacto de los sentidos con sus objetos, y que al principio parece ser un néctar pero al final parece ser veneno, se dice que es de la naturaleza de la pasión.” BG 18.38
“Y la felicidad que hace caso omiso de la autorealización, que es un engaño de principio a fin, y que procede del sueño, la pereza y la ilusión, se dice que es de la naturaleza de la ignorancia.” BG 18.39
“Aquello que al principio puede que sea como un veneno pero que al final es como un néctar, y que lo despierta a uno en la autorealización, se dice que es felicidad en el plano de la modalidad de la bondad.” BG 18.37
“No existe ningún ser, ni aquí ni entre los semidioses de los sistemas planetarios superiores, que esté libre de esas tres modalidades nacidas de la naturaleza material.” BG 18.40
El trabajo es perfecto, cuando seguimos nuestra propia naturaleza o aquellas cualidades resaltantes en nosotros con esa profunda convicción y devoción, no importando los errores o defectos en la ejecución de nuestro trabajo, reconociendo nuestra luz interior como parte integrada de la luz mayor.
“Todo en la vida es transitorio, riqueza, salud, familia, hijos, etc. La tristeza y el dolor están causados por las ataduras a ellos, el deseo por ellos. Incluso la tristeza, el dolor, el engaño y el miedo son transitorios” ~Narada Muni
Todas las formas en las que se manifiesta el Todo, se deben al amor, al odio y a la ignorancia de sus devotos.
“… todas las entidades vivientes nacen en el seno de la ilusión, confundidas por las dualidades que surgen del deseo y el odio.” BG 7.27