~Gayatri Mantra~ Om Bhur Bhuvaḥ Swaḥ Tat-savitur Vareñyaṃ Bhargo Devasya Dhīmahi Dhiyo Yonaḥ Prachodayāt |
¿Sabes a qué propósito del Supremo estás sirviendo según tus acciones?
¿Tus acciones son de tal manera que no dañan o perturban a alguien?
¿Según tus acciones, hacia donde crees que te diriges?
Todas nuestras acciones tienen una meta u objetivo, a través de transcurso de la vida podemos observar que nuestras metas van cambiando, sin embargo, la meta siempre está presente un alto grado de complacer los sentidos, pudiendo estar ese deseo de complacer los sentidos disfrazados de meta espiritual.
“Aquel que restringe los sentidos de la acción pero cuya mente mora en los objetos de los sentidos, sin duda que se engaña a sí mismo, y se lo conoce como un farsante.” BG 3.6
¿Esto significa que cuando nuestras acciones son contrarias a la meta que decimos que estamos buscando estamos fuera del sendero espiritual?
Aunque por nuestras acciones estemos anclándonos en los mundos materiales, tarde o temprano elevaremos ancla y seguiremos el anhelo de nuestra alma.
“Todo es Dios, pero el Dios-tigre debe ser evitado. Toda el agua es agua, pero el agua sucia, no sirve para beber”. Swami Vivekananda
“En la medida en que todos ellos se entregan a Mí, Yo los recompenso. Todo el mundo sigue Mi sendero en todos los aspectos…” BG 4.11
Hablamos la semana pasada de las características de la personalidad asúrica o demoniaca, mas existe la personalidad no asúrica o divina, ambas naturalezas están en nosotros, como seres condicionados a la dualidad de la naturaleza material, pero nos agrupamos con propósitos comunes, aunque con distintos grados de autenticidad, propósitos de superar nuestros deseos egoístas, de realizar nuestras acciones evitando obstaculizar el propósito de vida de los demás.
Todas las escrituras, de todos los países, todos los avatares de nuestra humanidad, Krshna, Buddha, Jesús, Mahoma, incluyendo hombres de ciencia, filósofos, poetas, etc., nos han dicho que la meta ultima es alcanzar al Supremo, todos hablaron de diferentes maneras, de una meta común.
De alguna manera y en algún momento nos damos cuenta de que muchos de nuestros profundos deseos y acciones no nos conducen realmente a la superación de la vida material; en ocasiones es tan fuerte la obsesión material que no nos damos cuenta de que aunque todos los senderos conducen al Supremo, para llegar a la meta, a la vida espiritual, hay que estar despierto o consciente de que existe, y libre de los condicionamientos o “impurezas” de los mundos materiales.
Si reconocemos que somos un alma viviente, tenemos que reconocer cuales son los deseos más íntimos del cuerpo, los sentidos y la mente, y cuales son las aspiraciones más intimas del alma.