3.17.2018

Verdad, Fortaleza, Acción VII

Hemos visto como toda acción que se construye partiendo de una mentira no prevalece, pero en los mundos materiales observamos que nada prevalece tal y como fue pensado o visto, entonces si queremos ver o percibir todo como realmente es debemos comenzar despojándonos de las ideas y conceptos que hemos aprendido, que escuchamos y seguiremos escuchando, y abrirnos a la búsqueda del origen de aquello que se nos manifiesta, o que nosotros a través de nuestras acciones hacemos que se manifiesten, y sobre todo determinar si contribuyen a nuestros mas altos anhelos.

Para que nuestro propósito sea realidad, debemos lograr el convencimiento de la perfección de nuestra alma, como la chispa del alma suprema o fuente de todo, y que siendo seres perfectos hemos decidido experimentar las condiciones “imperfectas” o cambiantes de la vida material.

¿Somos seres perfectos realmente? ¿Por qué tenemos dificultad en aceptar nuestros errores? ¿Por qué sentimos ira? ¿Por qué negamos nuestras acciones si son reprobadas por los demás?

Cualidades del alma descritas en el Bhagavad Gita capitulo 2:

“imperecedera, indestructible, inconmensurable, inaciente, eterna, permanente, primordial, inmutable, irrompible, insoluble…”

El alma, teniendo todas esas cualidades, se debe reconocer que las acciones que derivan en placer o aflicción, no son propias del alma, sino de los sentidos y de la mente, aunque es el alma quien proporciona el influjo energético al cuerpo, los sentidos, la mente y la inteligencia, no es responsable de estos llamados “desaciertos” o conductas reprobables, que corresponden a un diseño de percepción.


“…, la aparición temporal de la felicidad y la aflicción, y su desaparición a su debido tiempo, es como la aparición y desaparición de las estaciones del invierno y el verano. Todo ello tiene su origen en la percepción de los sentidos, y uno debe aprender a tolerarlo sin perturbarse.” Bhagavad Gita 2.14

Cuando nos domina el miedo, el escrutinio de los demás, el juicio social, es poco probable que podamos actuar con percepción clara, y peor aun actuar con apego a la verdad inmutable que subyace detrás de todo pensamiento, palabra y acción, en estas circunstancias pensamos, hablamos y actuamos con apego al goce de los sentidos y la mente, la complacencia, entonces la confusión de los valores se convierten en un habito en nosotros, convirtiéndose en obstáculo para la comprensión del mundo material y sus leyes, retrasando nuestro despertar espiritual, nuestra paz y felicidad.

“En la mente de aquellos que están demasiado apegados al goce de los sentidos y a la opulencia material, y que están confundidos por esas cosas, no se presenta la determinación resuelta de prestarle servicio devocional al Señor Supremo.” Bhagavad Gita 2.44