12.06.2008

LA VIRTUD, NUESTRO COPROMISO

Nuestro despertar espiritual tiene dos vertientes:
  1. Satisfacer nuestras propias necesidades evitando las acciones defectuosas y creando virtud.
  2. Satisfacer las necesidades de los demás mediante la disciplina ética de trabajar por su bien; de evitar las acciones dañinas.
Evitando las acciones de matar, robar, conducta sexual incorrecta, hacemos que nuestra conducta física sea pura.

Purificamos nuestra palabra absteniéndonos de mentir, de emplear un lenguaje duro, divisorio y de implicarnos en conversaciones triviales.

Purificamos nuestra actividad mental evitando visiones erróneas así como la codicia y la malicia.

La creación de una virtud poderosa estabiliza la pureza mental mientras que trabajar por los demás la fortalece.

Todas las actividades dañinas se restringen mediante la atención y vigilancia mental.