Si creamos en el mundo material todo el mundo puede observar nuestra creación. Pero, si queremos crear en el dominio espiritual nadie ve nada, (ni nosotros ni los demás), nos sentimos indecisos, nos asalta la duda hasta el punto que nos vemos tentados a abandonarlo todo y lanzarnos como los demás a una actividad cuyos resultados sean visibles para todos.
El camino hacia el interior (Espiritual) tiene su principal ventaja en el valor de los elemento que vamos acumulando y a que está hecho de la materia más pura, más luminosa que emana del TODO y cuando somos ricos en dones espirituales nos hacemos libres, podemos vivir la paz y la plenitud.
La vía material nos dejará siempre insatisfechos, siempre sentiremos que falta algo. La vía espiritual aparentemente no aporta nada, salvo decepciones y escollos pero nos lo dará todo de tal manera que un día podamos decir:
“no tengo nada y sin embargo el universo me pertenece”
El secreto consiste en instruirse, en querer ampliar nuestro campo de visión.