Sin la práctica de Yama y Niyama, que construyen las bases para la edificación del carácter, no puede haber una personalidad armoniosa. La práctica de asanas sin la base de Yama y Niyama es acrobacia pura.
Las cualidades exigidas a un aspirante son: disciplina, fe, tenacidad, y perseverancia para practicar regularmente sin interrupción.
Yama y Niyama son partes de las ocho (8) ramas de Yoga.
Yama: son códigos morales que indican el modo en que debemos relacionarnos con todos los seres vivos y el entorno para lograr un mundo armonioso y pacífico.
Yama es: no violencia, ser verás, control adecuado del instinto sexual, honestidad, y generosidad.
Hay una evolución espontánea del comportamiento en la medida que la conciencia va despertando.
Niyama: son reglas de conducta personal, se refiere a la purificación física interna y externa.
Niyama es: limpieza, serenidad o aceptación, ausencia de deseo, disciplina o estudio, devoción o entrega a lo Divino.
A través de la práctica de Yama y Niyama se consigue un desarrollo mental y emocional que permite llegar a conocer principios divinos a través de la propia experiencia.